jueves, 8 de marzo de 2012

¡QUÉ GRANDE SON...!


Este deporte tiene ese gancho que a los que no lo hemos practicado nos cuesta entender, o mejor, es imposible entender. Las deportistas que lo practican, desde mi punto de vista, son algo excepcional. Gente que se sacrifica y vive, cada momento, en una constante tensión nerviosa. Forman un equipo pero, si hay un fallo en cualquiera de ellas...¡plas!, se da al traste con toda una preparación que dura días. semanas, meses y, en un solo instante...¡se acabó!. Se vuelven a casa con la sensación de tristeza, pesadumbre y, en algunos casos, con la incomprensión de su entrenadora y club (nunca, supongo, de su familia).
Estas deportistas (y no me refiero a las nadadoras de alto nivel solamente) están hechas de una casta distinta al resto. El sacrificio conlleva el que, en una gran mayoría, dejen su "vida social" desde temprana edad para dedicarse, cada día, a entrenar, entrenar, entrenar...
Lo bueno de estas nadadoras es el que consiguen relacionarse con muchísima gente de otros clubes que, en el futuro, pueden seguir compartiendo.
Hay algún amigo que me comenta que no entiende el por qué existen deportistas en categoría absoluta, si saben que no van a llegar nunca a la Selección Nacional. Que es un coto muy cerrado, que requiere mucho sacrificio y no lo conseguirán. 
Este pensamiento es de pura ignorancia. El deporte se hace por plena satisfacción y no por llegar a ser internacional con tu país. La gran mayoría lo practica porque le gusta y, si encima, asiste a competiciones regionales y nacionales pues...
De cualquier forma, me apuesto con quien quiera, a que hay muy poca gente que haya pensado en llegar al primer Equipo Nacional Español. Estas deportistas buscan su propia satisfacción y, cada día, intentan conseguirlo, a pesar de las adversidades diarias no solo de estudios.
Por otro lado hay que destacar a las familias (sobre todo madres) que hacen que este deporte sea de primer orden. Cada día, ellas, junto a la piscina, llevando y trayendo a su/s hija/s, soportando horas y horas de sacrificio, después de una jornada de trabajo y, en el caso de estar en paro, con la incertidumbre de cuánto tiempo podrán "soportar" esta situación.
Siempre se ha comentado que los padres, desde los clubes, (se lee madres y padres) hay que mantenerlos un poco apartados. Es un grave error mantenerlos al margen porque, sin ellos, no hay deportistas. Otra cosa es que se inmiscuyan en el entreno porque, de ser así, a quien habría que llamarles la atención sería a los técnicos. 
En este primer día de este blog, he pretendido hacer mi pequeñito homenaje a "los que no se notan". Bravo por estas deportistas que lo dan todo por la Natación Sincronizada y espero, y deseo, que sigan con esta fuerza.
Desde las familias me gustaría (no soy nadie para exigir, evidentemente) que siguieran apoyando en cada momento la ilusión de sus hijos. Desde los clubes que sigan apostando por esta disciplina deportiva y que entiendan los momentos que pasan las nadadoras (o nadadores) para realizar su practica. Desde las instituciones, que apuesten en su ayuda (no hace falta dinero sino gestión) y, desde sus amigos/as, que entiendan que ellas/os han elegido un deporte tremendamente duro pero que les hace cada día mucho más fuerte.
No me quiero olvidar de los técnicos (ya saben técnicos o técnicas...esta chorrada de separar masculino y femenino, a veces), porque son parte importantísima de la educación de cada una de las deportistas. Por consiguiente son la extensión familiar del futuro de cada una de ellas. Psicología y mucha, sin duda.
Gracias por pertenecer a este grupo.

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