lunes, 16 de julio de 2012

THAÏS HENRÍQUEZ: LA LABOR DE ESPAÑA ES MILAGROSA Y ESTAR EN EL PODIO SERÍA UN LUJO


Oro en el pasado Europeo de Holanda, con la ausencia de Rusia, la nadadora grancanaria de 29 años, y miembro del combinado nacional de sincronizada y plata en Pekín 2008, analiza con realismo las opciones de España

"Hemos trabajado diez y once horas diarias durante cuatro años y moriremos en el intento por un metal", apunta la competidora del Metropole. La isleña no pagaría un millón de euros por conocer la coreografía del temido equipo ruso. "Hay espionaje pero me contento con hacer mi trabajo". 




¿A once días del inicio de los Juegos Olímpicos de Londres, percibe ansiedad, euforia o presión?
Deseo que llegue ya. Tras participar en Pekín -en 2008-, aún no soy consciente de que voy a repetir en unos Juegos. Cada año compites y tienes mil historias y siempre hay una cita clave. Y en este año olímpico, Londres no tiene comparación con ninguna otra. Hay emoción, satisfacción e incredulidad.

¿Le molesta que la crítica dé por hecho que el combinado nacional de sincronizada repetirá la plata de Pekín en equipos?
A lo bueno uno se acostumbra rápido, pero tenemos los pies en la tierra. Todo el mundo está trabajando para la medalla, nosotras no nos podemos relajar ni un minuto. No ganará el mejor, sino el que mejor lo haga en esos cuatro minutos de rutina. Entrenas para estar al máximo y para que no hayan imprevistos. Una plata sería el mayor éxito; es para lo que trabajamos. Hemos entrenado diez y once horas diarias durante cuatro años y ahora queda morir en el intento.

Rusia, el gigante blanco, parece inalcanzable y es favorito al oro. Un país que cuenta con 100.000 licencias en sincronizada por apenas 600 en España...
Rusia, Japón, China... Son países con más medios y tradición.
Entonces, ¿cuál es el secreto para superar a las potencias?
La labor de España es milagrosa. En categoría absoluta, no llega a las 40 participantes. Hacer lo que estamos logrando es algo milagroso, pero no tanto si ves las horas que se invierten. Es una gran labor, una hazaña y estar en el podio: un lujo.

¿El oro es misión imposible?
Si estaba complicado en Pekín, que España tenía un equipo que encadenaba diez años, no sólo para las citas internacionales sino para todo, y fue complicado y jamás pensamos en estar a su altura, lo logrado fue bestial. Ahora, con la renovación del equipo y no haber sufrido un bajón es digno de reseñar. Pongo el ejemplo de Japón, luchaban contra Rusia en 2001 y en 2004 fueron subcampeonas olímpicas y en 2008 sextas. Ahora han estado a punto de no clasificarse para los Juegos. Japón tiene un equipo logístico increíble con cámaras especiales para el entrenamiento y un número de licencias próximo a Rusia. Y siguen nuestros entrenamientos. La gente debería conocer algo más de nuestro deporte y no dar por hecho cosas que son muy complicadas.

En octubre cumplirá 30 años, ¿percibe que se acerca su adiós? ¿Afronta sus últimos Juegos?
Cuando llegue el momento de decir adiós, lo sentiré. Como le pasó a Gemma Mengual, quería llegar a los Juegos de Londres pero se dio cuenta de que no era feliz. Las prioridades en la vida te cambian; hablamos de diez horas diarias de entrenamiento, empleas toda tu vida. Intento compatibilizar el sacrificio del deporte con los estudios. Ahora tengo en mente los Juegos y no pienso en nada más. Desde Pekín he vivido año a año. Fui a unos Juegos, cumplí mi objetivo y ahora viene otro. Jamás pensé que llegaría a estar aquí y ahora. En 2005 si me pregunta si llegaría a Londres me hubiese reído.

¿Su mejor recuerdo de Pekín?
Subir al podio. Después de todo el tiempo invertido, de todo el sacrificio, soy de Gran Canaria y tengo que vivir y prepararme en Barcelona. Al final ves la recompensa, no sólo de ir, sino un metal. Y es lo que guardas para siempre.

¿Y el peor?
La presión.
Su trayectoria está repleta de éxitos, hace unos meses fue oro en el Europeo de Holanda. ¿Está preparada para la derrota?
No entreno para la derrota. En Melbourne quedamos cuartas, segundas en equipo y cuartas en combo y eso duele. Ahora estaremos satisfechas si la entrenadora -Tarrés- nos dice que ha salido bien. A lo que puntúen jueces y árbitros no podemos llegar.

¿Le hubiese gustado ser rusa y tener una colección de oros?
Ni de coña, las rusas nos preguntan por qué hacíamos sincronizada. Ellas compiten para dar de comer a sus familias y nosotras por amor al arte. Eso no lo entienden y nos preguntaban el por qué. Para las rusas es un trabajo y un sacrificio. Nosotros lo hacemos porque nos gusta y nos recompensan. Ellas tras ser elegidas entre miles de niñas, tienen la presión de estar ahí y de poder mantener a sus familias; es otra mentalidad que no me gustaría. Cada vez más, las niñas rusas prefieren ser dependientas y trabajar por lo mínimo que dedicarse a hacer sincro, es muy duro. Sacrificas tu vida.

¿Pagaría un millón de euros por conocer la coreografía de Rusia para la cita de Londres?
El espionaje funciona. En el campeonato de España vinieron las canadienses con su entrenadora para grabar nuestros entrenamientos. Siempre que pueden también vienen las chinas. No pagaría, pero mi entrenadora, Tarrés, si lo haría. Yo con hacer mi trabajo bien hecho, estoy satisfecha.

¿Quién ha sido la mejor nadadora de sincro de la historia?
-Reflexiona- Gemma ha hecho un papel brillante en sincronizada. Sólo le faltó el oro olímpico, sé que tiene clavada esa espina. Ha hecho que el deporte se conozca en nuestro país. Haber podido compartir con ella competiciones y haber aprendido de sus cualidades innatas ha sido un lujo.

¿A qué figura destacaría en la historia de los Juegos Olímpicos?
Gervasio Deferr -oro en salto de potro en Sydney 2000 y Atenas 2004 y plata en Pekín 2008-. Recuerdo cómo superó la presión con sangre fría. Fue un ejemplo.


Fuente: La Provincia Diario de Las Palmas
Entrevista: Paco Cabrera

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