jueves, 6 de septiembre de 2012

MOMENTOS PARA LA GLORIA FINAL


Londres, un bronce con parada en Shanghai

Shanghai era la última gran estación antes de los JJOO de Londres. Ni el Europeo de Eindhoven ni el Preolímpico preocupaban tanto a la delegación como los Mundiales de 2011 en tierras chinas, donde las anfitrionas iban directamente en busca del sitio entre Rusia y España. Había que preparar muy bien esta cita, que sin duda era clave para saber si España iba a ser capaz de luchar con garantías por la medalla de Equipo en Londres.
Casi nada para nuestra selección. Un reto mayúsculo, capital, donde no había excusas. Las veteranas ya tenían la experiencia de Pekín y Roma, y las jóvenes de Budapest estaban a las puertas de algo más grande. Había que apostar y arriesgar de nuevo en sacrificio, capacidad, innovación, coreografías. Otro brindis al sol con una palabra en la mente de todas: Sacrificio.
Y eso es lo que aplicó con precisión cirujana la dirección técnica del Área, planificando la ruta León-Santiago del Camino de Santiago: 200 kilómetros andando. Una prueba colosal en el plano físico y psicológico. Con enormes dificultades se pasó una semana extrema de entrenamiento que iba a servir, y mucho, en los días de los Juegos. Y es que el Camino fue la gran metáfora del éxito olímpico: esfuerzo diario, compañerismo, dificultad, cansancio,... todo ello unido a una semana muy revuelta con lluvias y mal tiempo. La vida misma...
Por otra parte, las intensas y durareras sesiones diarias en el CAR fueron forjando una convivencia imprescindible para formar ese que tantas veces llamamos equipo. Se sabía que Rusia no iba a bajar el pistón, que China iba a ir a por todas, y que Canadá siempre iba a estar al acecho, mirando siempre de reojo también a países como Japón o Ucrania, por si acaso.
Con este panorama mundial, el Equipo llegó a Shanghai dispuesto a todo. Andrea nadaría todo en un alarde físico descomunal y el ocho español buscaba dos medallas teniendo en cuenta el desgaste de su “solista” y “doblistas” Andrea Fuentes y Ona Carbonell. Rusia se disparó en las puntuaciones (98.620 en la final de libre), nada nuevo, y China se llevó en casa dos platas muy trabajadas con un ejercicio libre de inspiración flamenco basada en la pieza Asturias de Isaac Albéniz, ante una España llena de fantasía con su peculiar y colorida fauna marina.
LONDRES, EN BUSCA DEL PODIO
España llegó a Londres llena de buenas sensaciones. El Preolímpico, El Europeo y, sobre todo, la despedida de su afición en Montjuic un día antes fueron motivos suficientes como para ir con las baterías cargadas a los Juegos Olímpicos, los terceros en Equipo. El objetivo no era otro que el podio.
La lucha con China iba a ser más que encarnizada… En la prueba de Equipos había dos partes y una sola medalla en juego. Comenzó la rutina técnica y España –en un sorteo nada benévolo- solo pudo alcanzar los 96.200 puntos bajo los acordes de Rodrigo y Gabriella, por los 97.000 de las chinas. Las ocho décimas pesaban lo suyo, pero dos días antes ya se había remontado en dúo y soñar era gratis.
España hizo todo lo posible para arañar esas 8 décimas a las mariposas chinas con su poético Mar. Tanto que un día antes se fueron a la peluquería… Tocaba cortarse la melena y estrenar un misterioso look con un traje y casquete plateado de índole futurista que impactó en el público londinense. Andrea Fuentes, Ona Carbonell, Alba Cabello, Thaïs Henríquez, Marga Crespí, Paula Klamburg, Clara Basiana, Irene Montrucchio y Laia Pons no pudieron con las chinas pero se aferraban a una medalla de bronce histórica, la segunda en Equipo tras Pekín 2008. Algo que hizo llorar de emocón a nuestras deportistas…
@Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN)

0 comentarios:

Publicar un comentario