jueves, 7 de mayo de 2015

ANDREA FUENTES: "COMO EN LAS PELÍCULAS". ARTICULO REALIDAD DEL DEPORTE MEDIÁTICO

Andrea Fuentes
Siempre me he considerado practicante de un deporte minoritario. Es una cosa que asumes cuando te dedicas completamente a un deporte cuya repercusión mediática se limita a los JJOO y, en algunos casos, a los Campeonatos del Mundo. 
Nunca he acabado de entender el adjetivo «minoritario», pero sí es cierto que en estos deportes el número de espectadores, patrocinadores, presupuestos de los clubes y remuneraciones en general de los que se dedican son mucho menores que en los «mayoritarios». 
Con los años acabas un poco cansado de comentarios como, - "pues no es justo que con todo lo que entrenáis y lo difícil que es tu deporte ganéis tan poco y los futbolistas y tenistas ganen esas barbaridades" -, y te pones a explicar que ellos son famosos, que salen en televisión cada fin semana, que mueven grandes patrocinios y que incluso tú misma, cuando tienes tiempo disfrutas viendo un partido de Champions o la final del Roland Garros. No nos llevamos a engaños, vamos.
No obstante, acabas preguntándote por qué es así, incluso si debe ser así. Ante tales dudas acabé concluyendo que la repercusión de un deporte en un país se debía a dos factores principalmente: a un gran nivel internacional de éste a una gran tradición. 
La lucha grecorromana es un deporte muy popular en Turquía por ejemplo, el triatlón en Australia, en Finlandia son grandes seguidores de los lanzamientos de peso, disco y jabalina y en Bulgaria la halterofilia te puede hacer un héroe nacional. Causas históricas, geográficas y tradiciones diversas explicaban que deportes casi desconocidos en España levantaran pasiones en otras latitudes.
Hasta aquí lo tenía mas o menos claro. Pero recientemente, un programa de la televisión italiana me ha hecho replantearme el tema. El programa en cuestión se titula Vite Parallele y se trata de una especie de reality show en el que las cámaras siguen y graban a un grupo de chicos y chicas que se dedican a la gimnasia artística de competición. Los graban todo el día, y emiten una hora diaria de resumen a modo Gran Hermano. 
Pues bien, el experimento ha conseguido una gran audiencia y ha convertido a estos practicantes de un deporte minoritario hasta el momento, en famosos. La gente los para por la calle, escriben libros con sus vivencias, recogen premios MTV y a la vez entrenan y compiten. La gimnasia artística nunca ha sido un deporte famoso en Italia. Ahora, los estadios se llenan de miles de espectadores en los campeonatos nacionales, la gente de la calle conoce los nombres de los integrantes del equipo nacional italiano y creo que se podría decir que la gimnasia ya no es un deporte minoritario en este país. Lo más sorprendente es que el nivel de los gimnastas no es elevado en absoluto, y tampoco han aumentado los resultados del equipo nacional. Los deportistas que participan en el programa sólo están luchando por entrar en la selección y la asistencia de público en sus competiciones de la liga italiana supera por miles la de unos Campeonatos del Mundo con los mejores especialistas.

Esto me hace pensar que lo único que importa hoy en día es la exposición mediática. Salir por televisión. Cuantas más horas mejor, más famoso serás, más reconocido será tu trabajo y más dinero ganarás. No importa lo difícil, bueno o bonito que sea lo que haces. Importa que lo televisen. Da igual que cantes, bailes, cocines o des volteretas. Si sales en televisión serás famoso, si no sales, no existes. Al final la televisión supera a la realidad, ya estamos superados. Es como el típico comentario del turista que vuelve de su viaje por Nueva York y dice eso de «Es muy bonito, ¡todo es como en las películas!»

Fuente: Andrea Fuentes en elmundo.es / CanariaSincro


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